09 Oct Depresión y Obesidad ¿Cómo están relacionadas?
Son muchos los aspectos que pueden interferir en los casos de Depresión y Obesidad, determinar qué tan ligados estén el uno del otro requiere de un estudio minucioso y personalizado con cada paciente.
De una parte se encuentra el nivel y la calidad de vida de la persona, sus costumbres, hábitos alimenticios, situación socio económica pueden afectar de manera significativa sus niveles de estrés y por ende estados depresivos que se presenten.
En cualquier caso, las estadísticas indican que la depresión va en aumento en todo el mundo, de manera indiscriminada toca a todos desde los niveles más bajos hasta quienes tienen la mejor calidad de vida.
Cuando empiezan a mostrarse los primeros signos de estrés y depresión muchas personas suelen calmar sus estados alterados de angustia, preocupación y ansiedad incrementando su alimentación en grasas y azúcares lo que dispara su peso de forma anormal y terminan en obesidad por causa de estados depresivos y ansiosos.
En este orden de ideas podemos afirmar que están profundamente ligados y que evidentemente es mucho más complicado atender un caso de obesidad si se presenta depresión por la falta de conexión con su realidad.
La Depresiónhace que la persona nuble su entendimiento, no piensa, no razona, no analiza de forma correcta y sus procesos de pensamientos se ven afectados por ideas oscuras, negativas y pesimistas gracias a sus bajos niveles de serotonina.
Por ello lo primero que se debe hacer es conseguir un diagnóstico y dictamen médico para iniciar cuanto antes un tratamiento y nivelar su estado de ánimo para poder después corregir sus trastornos alimenticios con otras técnicas específicas para el tratamiento de la obesidad como pueden ser el balón ingerible, balón intragástrico, método pose o método apollo.
Pero la relación a la inversa también funciona, siempre dependerá de el nivel de la depresión pero muchas personas logran mejorar a través del cambio que experimentan como consecuencia de la pérdida de peso y la mejora de hábitos alimenticios.
De este modo, una dieta sana y balanceada, baja en grasa y azúcares, ayuda a cambiar determinados procesos mentales. Además la práctica de ejercicio es una de las mejores actividades para incrementar los niveles de serotonina faltantes en el organismo y el incrementar la actividad física es un pilar de cualquier tratamiento del sobrepeso y la obesidad con independencia de la técnica.
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