25 Mar Mamás estresadas y con “inseguridad alimentaria” tienen mayores posibilidades de tener hijos obesos
Según un estudio* cuando las madres sufren estrés los hijos tienen más posibilidades de ser obesos.
En concreto el estudio realizado determinó que, en familias donde las mamás presentaban signos de estrés, la proporción de chicos con obesidad se duplicaba.
Los investigadores estudiaron una muestra de 90 niños de entre 1 y 18 años de edad, consideraron dos variables: la inseguridad alimentaria (la carencia o temer a la carencia futura de alimentos) y el grado de estrés de la madre, en función de factores físicos, económicos, familiares y mentales.
La proporción de chicos con obesidad fue del 9,89 por ciento en los hogares sin estrés y el doble, un 18,68 por ciento, en los hogares con estrés.
Otro factor que predispone a una mayor obesidad en los hijos es el hecho de padecer lo que se conoce como “inseguridad alimentaria”. La inseguridad alimentaria se da cuando la familia ha padecido en algún momento carencia de alimentos o temor a esa carencia. Esto hace que a medida que aumenta el poder adquisitivo de esa familia, tienden a comprar más alimentos y a fomentar una mayor ingesta de comida. Es algo así como “comamos ahora que podemos permitirnos todo esto porque no sabemos que puede ocurrir mañana” y este hecho hace que ese núcleo familiar sea más propenso a desarrollar obesidad.
Por otro lado aún siguen existiendo muchas creencias y mitos relacionados con el sobrepeso en los niños. “Mejor que esté así que no delgado”, así como conductas de los padres que alteran las señales de saciedad del niño “acaba el plato aunque no tengas hambre, come un poquito más”.
El sobrepeso y la obesidad deterioran el estado de salud de una persona en menor o mayor grado, pero es evidente que cuanto antes empiece el problema del exceso de peso mucho peor. Por ello es importante que tanto padres como pediatras vigilen de cerca el problema del sobrepeso en los niños evitando que ese sobrepeso acabe en obesidad.
Unos buenos hábitos alimenticios, un correcto equilibrio entre lo que se come y se quema y la práctica de ejercicio físico son suficientes para combatir la obesidad infantil.
* Según un Estudio realizado por la Sociedad Argentina de Nutrición
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